Piensa Ana,piensa! Se repetía una y mil veces.
Respiraba con dificultad y la mordaza no ayudaba mucho. A lo lejos un radio transmisor sonaba funestamente una melodía de los 40 o 50, no sabría distinguirla con seguridad.
-Debe de haber alguien más,tiene que haberlo,se decía mientras un punzar agudo en el costado le indicaba sin dudas una costilla rota. Sintió el olor a moho invadirle los pulmones, luego nada, la oscuridad.
Cuando conocí a Magno me pareció simpático, uno de esos seres bonachones y sin problemas,de los que era tan fácil adaptarse, reía con tanta frescura que contagiaba.
Nuestra primera cita fue una mezcla de diversas formas de pasar bien, reímos,bailamos y hasta cantamos. Que lindo es sentirse así.
Ana anotaba con letras floreadas en su diario de cabecera, le gustaba tomar nota de sus actividades y sobre todo de sus sentimientos.
Estoy en duda-anotó unos días después, hay algo que no me cierra con respecto al carácter de el. Me escribió un par de cosas muy hirientes, supongo que estaba alterado.
Tengo miedo Charli,si llegas a encontrar este diario quiero que sepas que contacté con la novia antigua de él. Quedamos en reunirnos para hablar. Coincide que también me citó el, en el viejo cine,iré claro,no quiero enfadarlo.
Finalmente ella decidió enfrentarse a él,decirle que no le gustaba el rumbo que estaba tomando todo ese asunto.
cuando llegó al encuentro sentía que algo no iba bien.
Cuántas veces te lo pedí Ana?
su voz sonaba apagada,ella podía oírlo vagamente, sin embargo podía olerlo de forma molesta, un olor agridulce que despedía su fornido cuerpo.
Magno jadeaba, la golpiza que le propinara a Ana lo había dejado exhausto,ahora la tenía allí, amordazada y tirada en el piso. Eso lo excitaba,sus sentimientos de superioridad lo mantenía en calma Amaba esa sensación de ser el dueño de la situación.
Por que lo haces? Le preguntaba ella entre dientes. El solo reía.
Mátame de una buena vez-rezaba Ana en su mente.
El se acercó lentamente. El vapor de su aliento trémulo empaño los vidrios de sus lentes, Ana podía sentir su aliento pestilente.
Sabes por que lo hago querida? - gruñó, Por que puedo!
Un estampido seco sonó en la habitación. Todo se detuvo en un segundo eterno.
El hacha de Charli,atravesó el cráneo de Magno de una manera limpia.
Te dije que no me gustaba,le dijo a Ana ,su amiga del alma,su amor eterno y una sonrisa hostil quedó en el rostro de aquel ser de casi 2 metros.
El único redentor que jamás conocería.